Hay
personas que, aun fallecidas, siempre permanecerán vivas,
cual "inmortales", gracias a la aportación del trabajo
que han realizado. Leonardo da Vinci (1452-1519) es sin duda uno
de ellas.
No produciremos ninguna sorpresa
al afirmar que se trataba de un hombre polifacético; sus
admirables obras de pintura, arquitectura, anatomía, etc.
son sobradamente conocidas. Sin embargo, no vamos a detenernos
en tales aspectos, sino en otro al que se le ha prestado mucha
menos atención. Y es que Leonardo fue además un
destacado ingeniero, autor de admirables obras de ingeniería.
El Colegio Superior de Ingenieros de Bilbao, al conmemorar el
centenario de su fundación, publicó el libro Leonardo
da Vinci, ingeniaria / el ingeniero, Fundación Escuela
de Ingenieros de Bilbao, 1997, Bilbao, elaborado por varios profesores
y editado en bilingüe, donde se examinan varios de los mecanismos
diseñados por Leonardo, en especial los relativos a los
Códices Madrid-I y Madrid-II. En este breve artículo
estudiaremos uno de los mecanismos que constan en el libro, el
engranaje de tornillo sinfín, que dada su relevancia bien
merece un análisis monográfico.
 | El engranaje
de tornillo sinfín
Códice Madrid-I, pág. 17 (posterior) |
Leonardo creó numerosos sistemas
de atornillado, pero puede que el más imaginativo y avanzado
para su época fuera el del engranaje de tornillo sinfín
que se muestra en la imagen. Según los libros sobre la
tecnología, el autor de este tipo de engranaje fue un relojero
inglés de finales del siglo XVIII llamado Henry Hindley;
sin embargo, atendiendo a la imagen y a los comentarios de Leonardo,
convendría revisar la fecha en cuestión y atribuirle
la autoría. Es muy posible que el inventor del tornillo
moderno no tuviera conocimiento alguno de su predecesor, pero
este argumento no basta para justificar el hecho de que se le
deniegue la paternidad. En la siguiente imagen se reproduce un
engranaje moderno de un tornillo sinfín actual, para poder
observar la diferencia entre ambos.
| El engranaje
moderno de tornillo sinfín |
El engranaje de tornillo sinfín
es un mecanismo sumamente interesante y de gran utilidad, muy
empleado por los fabricantes de distintos tipos de máquinas.
Entre sus ventajas destacan la gran relación transmisora
(el eje de la rueda circular gira mucho más despacio que
el eje del tornillo), y el reducido espacio que ocupa en comparación
con otros procedimientos de reducción. Por otra parte,
el funcionamiento del sistema es irreversible, ya que el tornillo
no puede ser girado por el movimiento de la rueda, lo cual aporta
importantes ventajas desde la perspectiva de la seguridad en su
funcionamiento, ya que en el supuesto de que el motor que hace
girar el tornillo se detuviera, la carga aplicada a la rueda impide
que el mecanismo resbale. En el caso de la imagen de Leonardo,
donde el movimiento del tornillo se origina por una manivela propulsada
a mano, por mucho que la misma se suelte la carga no se precipita.
El procedimiento es además muy efectivo para facilitar
el movimiento en la dirección perpendicular de la salida
del sistema del motor.
Tal como se deduce de la imagen,
Leonardo no especificó la forma del perfil de los dientes
de la rueda, ni tan siquiera la del propio tornillo, cuando, como
bien sabemos, tales formas condicionan enteramente el correcto
funcionamiento de este mecanismo. El uso de dientes similares
a los que él propone (es decir, de los salientes vacíos
de la rueda de un perfil no lo suficientemente examinado) crea
innumerables problemas que en ocasiones imposibilitan el propio
funcionamiento; en todo caso, no podría aplicarse a las
máquinas modernas. Sin embargo, Leonardo se percató
de que el tornillo tenía que revestir la forma de viraje
hiperboloide con un diente de forma de hélice encima. Conviene
además señalar que su idea estaba destinada a tener
fáciles aplicaciones, a levantar con la mano pesadas cargas
gracias a mecanismos construidos artesanalmente. Obviamente, no
se trataba de obtener el máximo rendimiento y alcanzar
la mayor velocidad posible, de modo que cualquier buen artesano
podía construir y preparar mecanismos como los aquí
expuestos.
Mecanismos
previos a los engranajes de tornillo sinfín |
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Códice Madrid-I,
pág. 17 (posterior) |
Códice
Atlántico, pág. 6 (posterior) |
Las últimas imágenes,
correspondientes a otros dos diseños que aparecen en el
Códice de Madrid y en el Códice Atlántico,
reflejan mecanismos al parecer corrientes en aquella época
y cuyo sistema, además de bastante complejo, sospechamos
que era más bien escaso. El mecanismo dibujado por Leonardo,
que tan bien conocía, es reversible; por tanto, con el
fin de garantizar la retención del mecanismo ante la rotura
de un diente de la rueda o al soltarse la manivela, es necesario
acoplar un elemento complementario del tipo de una carraca, tal
como se indica en la imagen. Y es que Leonardo agregó el
siguiente comentario: "Cuando prepare un tornillo que engrana
un solo diente de la rueda, ha de insertar una carraca en el aro,
para así impedir que en el caso de rotura del diente la
rueda dentada retroceda". De todos modos, parece que la imagen
de la izquierda no está bien realizada para que la rueda
funcione (la manivela debería estar de una forma radial),
y que el diseño correcto es el de la derecha, donde el
tornillo se encuentra de forma radial respecto a la rueda. Tal
como se puede observar, en el caso del engranaje de tornillo sinfín
algunos dientes de la rueda engranan simultáneamente con
los dientes del tornillo. Por otra parte, para que el elemento
de bloqueo, que debe asegurar la presión contra el borde
de la rueda, aboque correctamente, la parte exterior de la misma
ha de estar provista de unos salientes en forma de dientes de
sierra como los que se muestran.
J.R. Etxeberria, Udako Euskal
Unibertsitatea, Sección de Física |